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La necesidad de un cambio en la política de las organizaciones financieras internacionales

(Carta abierta al Fondo Monetario Internacional)

 

 

La razón por la cual el Fondo Monetario Internacional (FMI) no impone como requisito para tener acceso a sus fondos el que el país miembro se suscriba a programas para disminuir la corrupción gubernamental y aumentar la productividad del gobierno es que no se desea intervenir en los asuntos internos de un país.

 

Muy respetuosamente diferimos de esa opinión. En esta carta expondremos los argumentos por los cuales creemos que esa postura del FMI y de las demás instituciones financieras internacionales que prestan dinero a los países subdesarrollados es equivocada. Además presentaremos las razones por las cuales entendemos que el FMI, no solamente tienen el deber de imponer como requisito a los países subdesarrollados el suscribirse a programas para disminuir la corrupción, sino que debería requerirles también la creación de tribunales especiales nos sobornables y fiscales especiales no sobornables para procesar los casos de corrupción.

 

Descripción del Problema

 

Hoy día los países del tercer mundo enfrentan periódicamente el flagelo de una deuda pública con las instituciones bancarias internacionales que prestan a los países y que se establecieron con el propósito precisamente de ayudarlos a salir del subdesarrollo y de la pobreza extrema. Dada la forma en que está estructurada la política fiscal, monetaria y tributaria en los países subdesarrollados, se trata de una deuda que no se puede pagar sin condenar a las masas trabajadoras empobrecidas de esos pueblos a hundirse cada vez más en la miseria. ¿A qué se debe que las instituciones bancarias internacionales que prestan a los países y que se establecieron originalmente con el propósito de ayudar a los países, estén jugando un papel contrario a dicho propósito? La razón la podemos encontrar en dos factores: en primer lugar, se rigen por una política de no intervención en los asuntos internos de cada país que está errada en su fundamento básico. En segundo lugar, no tienen un mecanismo que regule el nivel de eficiencia de estos bancos y que por lo tanto sirva para orientar y determinar el establecimiento de sus políticas. En las secciones que siguen se discutirán ambos aspectos.

 

Política Errada de los Bancos que Prestan a los Países Basada en la no Intervención

 

Uno de los objetivos principales de las instituciones internacionales que prestan a países, como por ejemplo el Fondo Monetario Internacional, es el de fomentar el comercio internacional debido a que, supuestamente, eso beneficia a todas las naciones que participan en él. En este objetivo concentran su atención. En consecuencia, cuando se establecen las reglamentaciones bajo las cuales deben operar estas instituciones, su principal interés es mantener una política de no intervención con los asuntos internos de cada país y con la autonomía que debe tener cada país para autorregularse. Pero esta postura es incongruente. Desde el momento en que un banco le presta dinero a un país, está teniendo injerencia sobre lo que pasa en ese país aunque no lo quiera. Si no interviene explícitamente y deja que los políticos del país deudor decidan la forma en que se gastará el dinero y la forma en que habrá de pagarse, están permitiendo las enormes injusticias que se puedan dar por la forma en que se gaste ese dinero y la forma en que se pague. No existe forma de escapar a la intervención cuando se le presta dinero a un país. Lo único que puede variar es la forma de la intervención pero no la intervención en sí. La intervención puede ser de forma implícita o de forma explícita, ya sea por no intervenir directamente o por intervenir directamente.

 

Con el fin de que se pueda apreciar mejor esta realidad veamos el siguiente ejemplo. Si un país o institución caritativa otorga alimentos a otro país donde hay pobreza y hambre y no interviene en la forma en que se habrá de distribuir el alimento, ocurriendo que unos grupos étnicos bien armados se quedan con ellos, ese país o institución caritativa está interviniendo aunque no lo desee, pues está condenando a los demás grupos étnicos o morirse de hambre. Si ocurriera que se desarrollará una guerra civil muriendo miles o de que los grupos mejores armados practicaran el genocidio con otros grupos étnicos para no compartir el alimento, el país o la institución caritativa que otorga el alimento está interviniendo aunque no lo quiera y es responsable de las matanzas que tal ayuda internacional de alimentos provoque. Si el país o la institución caritativa que otorga el alimento le exige al gobierno que pague por ello y dicho gobierno grava con impuestos a los más pobres y hambreados para pagar los alimentos, el país o la institución caritativa está interviniendo aunque no lo quiera.

 

Lo mismo ocurre con las instituciones bancarias que prestan a los países. Aunque no quieran intervenir con los asuntos internos del país al que prestan, lo están haciendo, pues están condenando a los más pobres y necesitados de un país a pagar por una deuda pública cada vez mayor que ciertos grupos conectados a los políticos, así como los propios políticos se roban.

 

Si lo que se pretende es no intervenir en los asuntos internos de un país o en su autodeterminación, la única forma de hacerlo es no proveyendo ni préstamos ni alimentos. En el momento en que se decide prestar dinero al país o brindarles alimentos, se está interviniendo en los asuntos internos y en su autodeterminación, aunque no se desee hacerlo. Por consiguiente, la política de los bancos que prestan a países, de no intervenir de manera detallada y explícita con respecto a la forma en que se gastará el préstamo y la forma en que se pagará, debe cambiarse por la intervención detallada y explícita responsable, y dicha intervención debe ser reglamentada por organismos internacionales como, por ejemplo, las Naciones Unidas.

 

Inexistencia de Mecanismos Para Regular el Nivel de Eficiencia de los Bancos que Prestan a los Países

 

  1. señalado que los bancos internacionales que prestan a países, a diferencia de los bancos que prestan a individuos, no tienen un mecanismo que los regule y que, por consiguiente, los obligue a operar con eficiencia. Ellos no operan bajo un mecanismo de mercado de competencia que como sabemos elimina a las empresas ineficientes. Tampoco operan bajo un sistema esclavista o de vasallaje que como sabemos elimina por medio de las revoluciones a los gobiernos cuando son ineficientes. En consecuencia, las instituciones bancarias internacionales que prestan a los países no tienen ningún mecanismo que se encargue de eliminar a las que no sean eficientes, a diferencia de los bancos convencionales que prestan a las personas y que son regulados por el mercado de competencia.

 

  1. bancos que prestan a los individuos en un sistema capitalista están regulados en sus políticas y decisiones por el mecanismo de mercado. Si sus políticas o decisiones no son correctas, el mercado los saca de la competencia mediante la quiebra. Cuando un banco cualquiera otorga un préstamo, ya sea convencional para construir una vivienda o comercial para establecer un negocio, toma las providencias para asegurarse de que su préstamo se emplee en aquello para lo que se tomó y de que la persona cuenta con la capacidad para pagar el préstamo. Para asegurarse de que el préstamo se emplee para lo que se tomó, por ejemplo, la construcción de una casa, los bancos que prestan a individuos desembolsan el préstamo por etapas de construcción realizadas. Para determinar la capacidad de pagar el préstamo, por lo regular, los bancos convencionales emplean como criterio el que el gasto y las obligaciones del que toma el préstamo no sea mayor de cierta cantidad con relación a su ingreso. Al asegurarse de que el préstamo para construir una casa o establecer un negocio se emplea en eso para lo que se toma, la casa misma o el negocio mismo sirve de garantía en caso de que el préstamo no se pague. Al asegurarse de que el que toma el préstamo cuenta con ingreso suficiente para pagar el préstamo, se reduce la probabilidad de que el préstamo no sea pagado. El castigo que impone el sistema económico de mercado de libre empresa al banco que no proceda de este modo, es que tiene que sufrir la posible pérdida de su préstamo. Sin embargo, con los bancos que prestan a los países, en vez de a las personas, no ocurre lo mismo y la razón es sencilla. Un país siempre tendrá forma de pagar a costa de la pauperización de la población. Pero esto es tan injusto que no se entiende como ha podido darse por tanto tiempo.

 

Lo más fácil para un banco que presta a un país es otorgar el préstamo y no preocuparse por verificar en qué se emplea o quién se roba qué parte de ese préstamo, porque sabe que, en última instancia, el pueblo pagará con más impuestos y miseria el préstamo que se robaron los políticos. Esto si bien es cierto, es terriblemente injusto y cruel. Es por eso que surge de los pueblos del tercer mundo el clamor cada vez mayor de que esos préstamos no sean pagados, pues ése es el castigo que deberían recibir los bancos que no se preocupan por verificar la forma en que se habrá de emplear un préstamo y la forma en que se habrá de pagar.

 

Si los bancos que prestan a los individuos en vez de a países, tienen que cumplir con la obligación de asegurarse de que el préstamo se emplee en aquello para lo que se tomó y de que la persona cuenta con la capacidad para pagar, si no quieren ser castigados por el sistema económico con la quiebra, ¿por qué a los bancos que prestan a los países se les debe eximir de esa obligación? Esto ocurre como consecuencia de que los bancos que prestan a un país no están sujetos a las circunstancias de operar en un mercado de competencia de libre empresa donde la empresa que no actúa correctamente, el propio sistema económico la castiga con la quiebra. Las actuales reglas en que operan los bancos que prestan a países se parecen, aunque no son iguales, a un sistema esclavista o de vasallaje. El país que toma prestado, es decir el pueblo de ese país, tendrá que pagar aunque se muera de hambre. Es decir, tendrá que trabajar para pagar ese préstamo teniendo que pagar impuestos cada vez más altos a costa de sacrificar la satisfacción de sus necesidades más básicas como las de comer, vestir y cobijarse. Por eso muchos pueblos bajo condiciones de vasallaje se rebelaron contra el rey y la clase noble y terminaron ejecutándolos como ocurrió en Francia con el rey Luis XVI durante la Revolución Francesa y en Rusia con el Zar Nicolás II durante la Revolución Bolchevique, ambos claros ejemplos de lo que le pasa a un gobierno que impone impuestos inmisericordemente a un pueblo hambreado. Pero los ejecutivos del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) y los bancos que prestan a países, no pueden ser alcanzados por las masas enfurecidas debido a sus demandas de cobros, porque operan allende los mares y sus instituciones no perecen aunque las rebeliones de los pueblos destruyan todo lo que encuentran a su paso en el territorio limitado de su país. Es por eso que las reglas bajo las que operan se parecen, aunque no son realmente idénticas al de un sistema de vasallaje.

 

Vemos, pues, que bajo un sistema de mercado de competencia existen los mecanismos para que las empresas que no actúan correctamente sean eliminadas. De igual forma, en un sistema esclavista o de vasallaje existen igualmente los mecanismos para que los reyes o zares que no actúen correctamente sean eliminados. Sin embargo, en el caso de las instituciones bancarias que prestan a países, no parece existir ningún mecanismo para que sean eliminadas aquellas que no actúen correctamente. Por consiguiente, lo único que se puede hacer es apelar a la conciencia de los funcionarios que dirigen estas instituciones para que se autorregulen y modifiquen la política de no intervención en cuanto a la forma en que se gastan y se pagan esos préstamos y comiencen a exigir de los gobiernos nuevos requisitos que garanticen el buen uso del dinero y la forma en que deberán pagarse. Es necesario crear una reglamentación que regule la forma en que los bancos internacionales puedan prestar a los países. El banco que no cumpla con esa reglamentación, debe ser castigado con la pérdida de su préstamo, sin que quede afectado el buen crédito del país deudor con los demás bancos internacionales que prestan a los países.

 

Alternativas de Acción ante el Problema

 

El FMI, el BID y el BM deberían exigir a los gobiernos que le soliciten préstamos las medidas de transparencia y salud fiscal que garantice que el uso de esos préstamos no sea desviado de su propósito explícito para, en cambio, enriquecer a los corruptos. Por esta misma razón debería exigir que el pago de esos préstamos no venga a realizarse a costa de aumentar los impuestos a los pobres y asalariados del país deudor. Para ello se hace imperativo que dichos organismos adopten una postura diferente ante los gobiernos a la que prestan que la que han observado hasta el presente. La filosofía de exigir el pago del préstamo sin intervenir en cómo el gobierno actuará para garantizar el pago de dichos préstamos no se puede mantener por más tiempo. Esta postura de no intervención ni injerencia sobre la forma específica y detallada en que los políticos del país deudor utilizarán los préstamos y finalmente los pagarán, no ha servido para liberar al FMI, el BID y el BM de la crítica y condena que le hacen los pueblos a estas organizaciones y las revueltas que escenifican para evidenciar su ira en contra de dichos organismos internacionales. Esto no quiere decir que si modifican su política y exigen a los gobiernos transparencia en cuanto a la forma en que serán gastados y pagados los préstamos, por tal razón dejarán de ser criticados. Lo más probable es que sean criticados por igual. No obstante, es de suponerse que, de no exigir transparencia, sean criticados con más fuerza y con más razón y justeza por los pueblos que tienen que sufrir el pillaje que de esos préstamos hacen los políticos y funcionarios gubernamentales. Entonces es mejor intervenir y ser criticado, que no hacerlo y ser criticado con más fuerza y razón por los que más son afectados a la hora de pagar esos préstamos.

 

La Corrupción Como Causa Del Subdesarrollo

 

El problema del subdesarrollo y de las democracias es en realidad el problema de la corrupción. Es el problema de la imposibilidad de poder controlar internamente, es decir, desde adentro la corrupción en el país. Los funcionarios gubernamentales están corruptos y aceptan sobornos. Los funcionarios policiales están corruptos y aceptan sobornos. Los funcionarios de los tribunales están corruptos y aceptan sobornos. Los funcionarios en las cárceles están corruptos y aceptan sobornos. No hay nada que esté a salvo de la corrupción en el gobierno y, por lo tanto, no solamente los crímenes y delitos quedan impunes, sino que la corrupción misma es impune. Mientras mayor es el nivel de corrupción que ocurre impunemente en un país, mayor es el nivel de atraso y subdesarrollo que exhibe.

 

Se debe aclarar que en los países subdesarrollados hay funcionarios gubernamentales honestos, hay funcionarios policiales honestos, hay funcionarios de los tribunales honestos, hay funcionarios de las cárceles honestos. No obstante, desde la perspectiva sociológica que es la que nos interesa considerar, de lo que se trata es de la proporción de funcionarios corruptos en los países subdesarrollados vs. la proporción en que los hay en los países desarrollados y la relación que esto tiene con el subdesarrollo. Desde esa perspectiva se observa que la corrupción en los países subdesarrollados es enorme y esta corrupción a su vez es responsable de la deuda pública que se genera, así como de su crecimiento sin control. Lo más trágico de esta realidad es la imposibilidad de pagar dicha deuda por otro medio que no sea hundiendo más en la miseria a los que son obligados a pagarla a través de la política tributaria imperante y que son las masas trabajadoras empobrecidas.

 

  1. única forma de romper con este círculo vicioso de la corrupción es requiriendo de los gobiernos la creación de instituciones especializadas para combatir la corrupción. Por ejemplo, exigir el sometimiento de los políticos y funcionarios gubernamentales acusados de corrupción ante tribunales especiales que no puedan sobornar. La creación de un tribunal especial con jueces que no sean sobornables y con fiscales especiales que no sea sobornables, para atender los casos de corrupción, debe ser un requisito del FMI, el BID y BM. Para evitar que estos jueces y fiscales especiales puedan ser presionados por los grupos de poder deben ser nombrados, así como removidos de sus cargos, por organizaciones internacionales, como por ejemplo, Las Naciones Unidas. Estos jueces y fiscales especiales serían escogidos entre los abogados nacionales de cada país que se hayan destacados por su capacidad, imparcialidad y carácter insobornable. El colegio de abogados de cada país puede presentar ante esta organización internacional sugerencias entre los abogados del país, así como la judicatura, pero el organismo internacional tendría la última palabra. Además el FMI, el BID y el BM pueden exigir para otorgar sus préstamos o para determinar su clasificación de riesgo país, que cada gobierno que adviene al poder en cada país deudor esté dispuesto a aceptar formar parte de programas para combatir la corrupción que estén respaldados o auspiciados por ellos, como por ejemplo, la propuesta que nosotros sometiéramos para combatir la corrupción,

 

El FMI, el BID y el BM deben exigir también de cada gobierno deudor el establecimiento de leyes y reglamentaciones sobre el manejo que de los dineros públicos deben hacer los políticos y funcionarios gubernamentales, así como las penas a sentenciase para cada violación de dichas leyes y reglamentos. De esta manera el tribunal especial que no sea sobornable y que juzgue a los políticos y funcionarios corruptos podrá aplicar las sentencias establecidas por ley sin dar margen a favoritismos. Mientras más severas sean estas penas que se legislen para los corruptos, mejor debe ser la clasificación del riesgo país que reciba el país que las establezca.

 

La creación de leyes que definan los delitos sobre los cuales el Tribunal Especial no Sobornable juzgará a los acusados de corrupción no debe ser dificultoso. El problema de corrupción en los países subdesarrollados, no es debido a falta de leyes y reglamentos así como de sanciones correspondientes para la violación de éstas. Por el contrario, por lo regular la profusión de leyes y reglamentos es abundante. El problema es que en la práctica no se aplican dichas leyes ni reglamentos debido a que la corrupción impide que los violadores sean procesados o de serlos, de que se les condene, o de que se les condene, que cumplan la pena sin que se les deje salir en libertad impunemente.

 

Ningún gobierno de ningún país está obligado a crear este Tribunal Especial No Sobornable, no obstante, las instituciones internacionales para proveer ayuda exterior, como por ejemplo el FMI, el BID y el BM pueden poner como requisito para otorgar sumas más cuantiosas de ayuda exterior, el de crear este tipo de tribunal, como garantía de que dichos dineros serán usados para el desarrollo del país por dichos funcionarios gubernamentales y no para el enriquecimiento de algunos a costa del pueblo que tendría que pagar el aumento de la deuda pública cuando dichos préstamos no se les da el uso correcto para traer el desarrollo económico.

 

 

Carácter Prospectivo del Tribunal Especial no Sobornable

 

Las acusaciones de corrupción que podrá ver el Tribunal Especial no Sobornable deberán ser aquellas que se cometan a partir del siguiente año impositivo después de haberse establecido el Tribunal Especial no Sobornable en el país en cuestión. Esto se hace así, para darle oportunidad a todo el mundo de abandonar las prácticas de evasión impositivas y de cualquier otro tipo de corrupción y comenzar con las nuevas reglas a partir de esa fecha. Es decir, el tribunal no aplicará las nuevas reglas con carácter retroactivo, sino prospectivo. La razón para ello es la siguiente: durante muchas décadas la estructura social imperante ha estado castigando sistemáticamente a todo empresario y ciudadano que actúa honestamente y cumple con la ley. Véase discusión en el Apéndice D: La Anomia Social Como Causa del Subdesarrollo de la propuesta que nosotros le enviáramos para aumentar la productividad del empleado gubernamental, específicamente en la sección Factores Sociológicos Que Impiden La Existencia De Un Sistema De Mercado De Libre Empresa en la página 44. Por décadas esta estructura ha premiado al que burla la ley. El empresario o ciudadano que actúa honestamente, el sistema lo condena a la ruina. En consecuencia, no se le puede pedir cuentas a las personas por haber actuado con sensatez y sentido común para preservar su casa y sus valores. Las nuevas reglas del juego tienen que aplicarse con carácter prospectivo y no retroactivo. Por estas razones lo más recomendable es seguir una política de borrón y cuenta nueva a partir de las nuevas leyes tributarias y fiscales que se imponga y a partir del Tribunal Especial y el Fiscal Especial no sobornables que se establezcan para hacerlas aplicar.

 

Lo que se pretende es forjar una nueva sociedad donde se cumplan las leyes y las reglamentaciones, no desatar cacerías de brujas ni adoptar posturas de venganza.



Las personas interesadas en la teoría que da fundamento a esta carta pueden hacer click aquí.



Para comunicarse :

E-mail
webmaster@walter-bruckman.com

 


1. NECESIDAD DE UNA IDEOLOGÍA CIENTÍFICA COMO ALTERNATIVA AL NEOLIBERALISMO

 

2. Resumen de la Teoría de la Distribución Optima del Ingreso


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